Sin Internet ¿hay vida?

El 28 de julio palmó mi conexión. No me puedo quedar de ella, 15 años de fidelidad así lo ameritan. Quince años en los que no he tenido ninguna mejora en la misma,  quince años en los que la empresa prestadora no hizo ninguna obra para mejorar la velocidad o algo aunque sea. 
Esto seria una anécdota o un número más o menos en el caso de considerar a los usuarios conectados. Pero,  ¿Qué nos provoca no tener Internet? En mi caso, la crisis es profunda,  casi es como quedar sin trabajo,  tremendo. La desconsideración de la empresa prestadora suma consecuencias funestas,  la incertidumbre sobre cuando me van a restaurar el servicio es pasmosa. Igualmente como en una adicción o una enfermedad llega el momento en que uno lo acepta y empieza a pensar que no es tan malo. La libertad y el tiempo que uno recupera es invaluable. En fin,  veremos como sigue esto. 

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