Un pequeño mundo
Algo
que debería ser lo más común, como tener parientes, hay ocasiones en que se
transforma en una experiencia única, algo que nos supera y nos deja una marca
que nos hace ver la vida de otra manera. Hace 12 que tengo la responsabilidad
de un tío esquizofrénico, toda la vida lo tuve. Y que esté a mi cargo, no
quiere decir para nada qué cargo con un tío ya que con él en este tiempo he
vivido situaciones de lo más extraordinarias. El otro día visitándolo en ese
pequeño gran mundo que es el psiquiátrico donde está internado, me cuenta la
historia de otra paciente, médica ella, que hace poco tiempo había contraído
matrimonio con otro interno.
El,
boxeador, ella abandonada por su familia, todavía no puedo saber quién de los
dos soportó golpes más duros en su vida. Casados hace dos meses, tienen la
misma dinámica que un matrimonio de toda la vida.
En
el psiquiátrico les habilitaron una pieza donde viven como pareja y por las
tardes toman mate debajo de un mango. Lo demás, los demás y a los demás, no les
importa nada.
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