cuadras

Hay dos cuadras de la calle Irigoyen donde todo parece cambiar cuando la noche cae, la oscura realidad se trastoca en una oscuridad aún más espesa y las personas cambian, sus acciones comienzas a fabricarse tal vez con ladrillos de su verdadera personalidad y no de lo que fingen ser durante el día o cuando están en otra parte de la ciudad… merced al tránsito frecuente he descubierto que estas dos cuadras están por la zona del tenis club, si yendo por Irigoyen nos paramos en la esquina de Colombia el aire viciado (¿será el aire?), se respira una cuadra hacia el este y su contraria hacia el oeste… veamos los indiscutibles hechos… Chapter one: 12:00 de la noche, pleno invierno, hacía diez cuadras que venía siguiendo a un grupo de enardecidos evangelistas que habían salido de no se que culto, cruzamos Artigas, el gran bronce que hay en la esquina con la cabeza del caudillo oriental me sonrió con la complicidad de quien conoce el secreto fatal de ese mundo caótico que ahí se abre… una cuadra más adelante, llegando a la esquina de Colombia, encontramos una persona tirada, el grupo evangelístico lo mira y aturdidos no saben que hacer, hasta que el más viejo de ellos dice: “Dejémoslo ahí, en Brasil a un hermano (los evangelistas se llaman así), lo asaltaron con cuchillos por parar a ayudar a una persona tirada” y todos se fueron con la conciencia tranquila… yo no podía hacer lo mismo, la expectativa de ser asaltado con cuchillos parecía enormemente tentadora, paré, le pegué unos cachetazos al que estaba tirado, me di cuenta al momento que la borrachera había sido gigante, se despertó, lo ayudé a caminar un poco, se compuso y me invitó a tomar un trago, terminamos tomando cerveza hasta las cinco de la mañana en una hamburguesería que no existe… en esas dos cuadras las personas son lo que no son, y lo bueno es que nunca se sabe con quien uno se va a encontrar…
Chapter two: 20:00 hs. hace tres días atrás, dueño de cochecito que circula por Irigoyen putéa a dueño de cochesito pedorro que circula por Colombia, inmediatamente cochecito pedorro da marcha atrás, dobla por Irigoyen y se lanza en feroz persecución de cochecito que hábilmente dobla una cuadra más adelante, yo sigo caminando por Irigoyen, lamentando que no iba a ver el resultado de la persecución, cuando de pronto los veo aparecer a los por Colombia y doblan nuevamente por Irigoyen y otra vez en la cuadra siguiente, y lo más sugestivo fue cuando aparecieron por tercera vez, es decir que la persecución se desarrollaba solo dando vueltas a la manzana… inmediatamente me alejé temiendo quedar yo también atrapado en ese infierno de estar condenado eternamente a caminar una y otra vez por la misma cuadra… solo los más valientes afirman que todavía escuchan el ruido de los motores en eterna persecución…

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