caídas

Ayer fue un día donde el dolor se transformó en un enemigo rayano en lo imbatible, he perdido grandes batallas en la espalda, costillas, y la peor de todas en el dedo gordo de la mano izquierda. Todo comenzó con nada. Una nimia cucaracha corriendo por todo el departamento huyendo de mí, que la perseguía a chancletazo limpio y tras fallar varios intentos de asesinato, la muy guacha entra al baño; yo sin perderla de vista entro en un terreno totalmente desfavorable, el hábil insecto ortóptero zigzagueando y yo detrás, sobre un piso totalmente mojado, repentinamente un resbalón que sí fue caída, una caída rumbosa, un golpe opulento de la espalda contra el lavatorio, rebotando con las costillas contra el inodoro, y sobre el dedo no pregunten, que ni sé como ni contra que fue… pero eso sí, la cucaracha luego quedó bien muerta… bueno, no tan luego… la reventé porque me caí arriba...
Dato curioso: Ese mismo día se cayó mi abuela, (no le pasó nada) y también mi amigo W!, quien habló algo acerca de realizar un enema a trompadas a la madre del culpable de su caída, con el culpable de su caída. Yo no me meto en los emprendimientos médicos de W!, pero reconozco cierto ingenio para el enojo y las amenazas...

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