cocina


El otro día compré una cocina, la cual nace de una curiosa historia que algún otro día relataré, y también tuvo un parto difícil, todo atravesado, y con varios reclamos que también algún día también compartiré aquí. Todavía no hay compostura, ya que hoy se acabó el gas, y cuando conecto la garrafa nueva, me doy cuenta que el regulador que había comprado el otro día en conjunto con la cocina, perdía justamente por la parte del regulador, esa parte que se parece a un plato volador con vaya uno a saber que diantres dentro. Tras una hora de puteadas... me acabo de dar por vencido, cocinita vieja de dos hornallas como te extraño, ahora te debes estar cagando de risa de mí desde al baúl de mi auto, no te preocupes que pronto te rescataré. Dando vuelta la página, esta noche tengo un cumpleaños de quince de no que quien, por lo menos espero poder comer algunos sanguchitos. La expectativa es que haya de varios sabores, personalmente prefiero los de pollo con aceitunas, tomates y morrones, varios tipos de tortas, y todo regado por abundante coca cola, y cuando digo coca cola quiero decir justamente eso, coca cola, y no es otra gaseosa tercermundista de un peso el galón, sueno medio garca, pero la cagada de cocina me dejó con un humor de mierda…

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